20. Inmidación

—¡Vaya, señora Evans, está realmente deslumbrante!— halagó el diseñador. —Todos los vestidos se ven más radiantes en su cuerpo.

Gabriella levantó un poco las comisuras de sus labios. El vestido con cuentas de cristal era el décimo que había probado.

—Entonces, ¿mi prometida ya ha encontrado su ves...

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