27. Enciéndeme sin tocarme

Pasaron cinco segundos, el hombre seguía de pie con la mirada fija en el suelo. Podía sentir los efectos de los estimulantes recorriendo su cuerpo, dejando un rastro de inmenso calor y energía.

—¿Qué esperas, Max? ¿Debería moverse primero la mujer? —preguntó Amber con una sonrisa burlona.

Un momen...

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