30. Intimidad en el coche

Después de unos minutos, Max regresó para revisar el estado de su esposa. La mujer estaba agachada detrás de él. Su cuerpo tembloroso estaba claramente en guerra con el deseo.

—¿Todavía lo está aguantando? ¡Qué bien!

Sin preocuparse, el CEO centró su atención en el celular. El mensaje de Sebastián...

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