65. Divorciémonos

Gabriella negó con la cabeza y empujó el pecho de su esposo.

—Siempre me llamas problemática. Ahora, es momento de que me dejes ir. No tendrás más carga si me voy.

—¿Qué exactamente te dijo el cerebro detrás de todo esto, eh? ¿Por qué cambias de opinión así? Habíamos acordado encontrar una solució...

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