7. Probando mi paciencia

Tan pronto como el CEO salió del baño, le lanzó a Gabriella una mirada de disgusto. Mientras abría el armario y sacaba ropa, el hombre dijo:

—¡Deja de llorar! Tus lágrimas no me afectan.

No hubo respuesta. La chica ni siquiera parpadeó, con sus ojos fijos en Max. Sabía que cualquier cosa que salie...

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