77. Verdadera intimidad

—¿Quieres hacerlo aquí?— susurró Max después de darse cuenta de que Gabriella le estaba devolviendo el beso.

—Sí— suspiró la mujer mientras apartaba la espuma que casi había desaparecido del cabello de su esposo—. Pero, ¿puedo servirte esta noche?

Ante la inesperada sugerencia, las cejas del hombr...

Inicia sesión y continúa leyendo