95. El collar

Agarrando el vaso alto de la mesa, Herbert resopló sarcásticamente.

—Ayer, Sebastián me trajo el diario de Max. Por él, sé que hace mucho tiempo, él solía pasar tiempo con su madre y padre biológicos.

Un segundo después, las cejas del anciano se alzaron en confirmación.

—¿Eso no significa que des...

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