Capítulo 245

La multitud murmuraba, sus acusaciones dirigidas directamente a Amelia.

—Cállate, no puedes decir cosas así— Baldric siseó entre dientes.

Leila, con lágrimas corriendo por su rostro, suplicó —Abuelo, Caleb es solo un bebé. Es tan pequeño, ¿cómo puede manejar esto? Por favor, ayúdalo. Como su madre...

Inicia sesión y continúa leyendo