Capítulo 256

Victor estaba realmente muy enfermo, luciendo demacrado y sin vida mientras yacía en la cama, semejante a un árbol marchito.

Pero en el momento en que vio a Amelia, una chispa de luz se encendió en sus ojos apagados.

—Amelia, finalmente has vuelto—. Estaba tan feliz como un niño.

Los ojos de Amel...

Inicia sesión y continúa leyendo