Capítulo 31

—¡No puede ser, esto es imposible!— La cara de Amelia se puso pálida como un fantasma y casi se desplomó al suelo.

Lo miró con los ojos muy abiertos —Sr. Howard, confío en usted completamente. Si dijera que el cielo es verde, le creería. Pero esto...

Sacudió la cabeza, lágrimas corriendo por sus m...

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