Capítulo 368

Chris estaba descansando en un sillón, una pierna casualmente cruzada sobre la otra. La tenue iluminación detrás de él solo acentuaba su atractivo.

Amelia sintió que su corazón se aceleraba.

—Te extraño —dijo con una sonrisa juguetona, levantando una ceja—. ¿Cómo están los niños? Has estado cuidan...

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