Capítulo 48

Antes de que pudiera terminar, Chris miró de repente.

Sus ojos se cruzaron, y el rostro de Leila se volvió rígido nuevamente.

—El abuelo ya está mejor, no necesitas mentirle —dijo fríamente—. Además, él realmente no te quiere.

—Pero te salvé, y te amo tanto, ¿no puedes simplemente...?

—Te he dad...

Inicia sesión y continúa leyendo