Capítulo 66

Leila se quedó rígida y sus ojos se llenaron de lágrimas. —Chris, por favor, no seas así. Eres mi prometido. ¿Cómo puedes seguir tan absorto en el trabajo e ignorándome? Si sigues tratándome así, me voy a deprimir. ¿No te importa en absoluto?

Las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas.

El ros...

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