VEINTISIETE

Marco se subió a su coche, su mente nublada por la frustración y la ira. Cerró la puerta de un portazo y se dirigió a toda velocidad hacia su mansión. La conversación con Mia se repetía en su cabeza, su rechazo dolía más de lo que quería admitir. Mientras conducía, su agarre en el volante se hacía m...

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