TREINTA Y TRES

Mónica saltó del sofá y corrió hacia Olivia, abrazándola con fuerza.

—No te esperaba.

Mónica se separó brevemente del abrazo, sus ojos se quedaron en Olivia por un momento.

—¡Chica! Te ves bien y radiante. ¿Estás segura de que esto es una situación de rehenes?

Olivia se rió.

—Lo sé, solo necesi...

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