CINCUENTA

La mente de Lucas trabajaba a toda velocidad, calculando su próximo movimiento. Necesitaba ganar tiempo.

—¿Viniste hasta aquí por mí? Qué gesto tan amable —dijo, su voz goteando sarcasmo.

La sonrisa cruel de Massimo se ensanchó.

—No serás tan egocéntrico cuando terminemos contigo.

En ese mismo m...

Inicia sesión y continúa leyendo