SESENTA Y CUATRO

En Sicilia, Dominique Santos yacía desparramado en una lujosa cama, la habitación llena del pesado aroma de cigarros y colonia cara.

Estaba disfrutando con una trabajadora sexual, la penetraba y salía de ella, con un cigarrillo entre los dedos.

Ella estaba en posición de perrito, sus gemidos se me...

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