OCHENTA Y DOS

Mónica se sentó al lado de Olivia, observando su respiración constante, no podía evitar sentir una mezcla de miedo y tristeza en su corazón.

—Olivia —susurró Mónica suavemente, sin querer asustarla—. Sé que es temprano, y sé que esto da miedo y es agotador, pero necesitas mantenerte fuerte por el b...

Inicia sesión y continúa leyendo