CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE

—Bien —la sonrisa de Sin se ensancha. Con una mueca perezosa, envuelve un brazo alrededor de mi cintura, atrayéndome hacia él. Nuestros labios se encuentran de nuevo, y esta vez no hay ninguna vacilación de mi parte. Dejo caer mi cabeza hacia atrás y mis labios se abren mientras su lengua explora mi...

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