CAPÍTULO CINCUENTA Y CUATRO

Tragué saliva mirándolo, pero aparté su mano de mi brazo y la coloqué a su lado. Apagué la ducha. Lo miré, manteniendo el contacto visual con él. Besé su pecho, deseando tocarlo. Me arrodillé, y él solo observó. Su pene estaba erecto y duro, así que usé una mano para masajear sus testículos, acarici...

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