CAPÍTULO SESENTA

—Dime qué quieres.

Miré a los ojos de Sin, sintiendo cómo mi corazón se aceleraba por su cercanía.

—Te quiero a ti —susurré, extendiendo la mano para acariciar su mejilla.

Por un instante, sentí una adoración completa por el hombre frente a mí mientras él temblaba bajo mi toque. Era fuerte. Estab...

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