CAPÍTULO OCHENTA Y CUATRO

—¡Dios mío, Mani, parece que ha pasado una eternidad desde la última vez que te vi! —gritó Stephanie con emoción.

Sé que te estás preguntando cuándo pasó todo esto. Cuando Sin y yo llegamos a casa, nos besamos, pero no pasó nada más por cuestiones naturales, si entiendes a lo que me refiero, así qu...

Inicia sesión y continúa leyendo