Capítulo 11 — Bienvenida a tu nuevo hogar, lucecita.

Un par de horas... Solo dos horas y todo seguirá igual que antes, Aurora.

Mis manos sudaban y temblaban sin control. Mi vestido de novia, ese que mamá se había esforzado en encontrar, se sentía como una mortaja. Mi cabello y maquillaje estaban en perfecto estado, adornados con un largo velo que sen...

Inicia sesión y continúa leyendo