Capítulo 14 — Aguanta un poco más.

Y entonces comenzaron las náuseas.

El vómito me despertó antes de que saliera el sol. Corrí al baño con las manos en la boca, llegando apenas a tiempo para vaciar mi estómago. El sudor frío cubría mi espalda.

—Dios, haz que pare —supliqué entre arcadas, con los ojos llenos de lágrimas.

Pero el be...

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