Capítulo 20 — Eres puro fuego.

Desperté agitada, sudando y con una excitación que no lograba controlar.

Había tenido un sueño húmedo con Robinson.

Otra vez.

Una semana había pasado desde nuestra última discusión, y ese había sido el inicio de mi calvario.

Robinson ya no me buscaba, ni me seducía más de la cuenta, pero yo sí d...

Inicia sesión y continúa leyendo