Capítulo 26 — ¿Eso significa que eres mío?

La madrugada en Keystone me tenía inquieta.

No podía dormir después de los acontecimientos de la cena.

—Por el amor de Dios, Aurora —la voz ronca y cansada del pelinegro resonó en mi nuca—. Si sigues así, te amarraré a la cama, lo juro.

Me moví por enésima vez, esta vez para mirarlo.

—No puedo d...

Inicia sesión y continúa leyendo