Capítulo 7 — Eres una niña muy mala, lucecita…

—¿Así es como te gusta que te traten, lucecita? —preguntó cuando me quitó mis pequeñas bragas y le dio una fuerte palmada a mi trasero, ocasionándome un dolor tan delicioso que me hizo gemir por el placer—. Esta piel tuya me vuelve loco... Mira cómo se enrojece con mi toque.

No pude responder, solo...

Inicia sesión y continúa leyendo