12. Sin remordimiento

Mi trasero palpitaba mientras me deslizaba fuera de la cama. Nicolo no iba a esperar para siempre y no quería enfadarlo más de lo que parecía que ya lo había hecho. Ignoré cómo me temblaban las piernas mientras caminaba hacia la puerta del baño. El dolor consumía mis extremidades con cada paso, pero...

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