Celos y puttana

Y sí, tarde o temprano se iba a saber de Rosita. Me reventó que me lo preguntara así, haciéndose la señora, la ofendida, cuando ella también me hacía ojitos y me daba sonrisitas de zorra.

Me enfermó de los nervios que tuviera que decirle otra vez lo que sentía por ella. Parecía que le encantaba esc...

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