Nada como ir juntos a la par

Pasé esa tarde con la mamá de Enzo, Clara y el coloradito. Comiendo, riéndonos, escuchando las anécdotas de un Enzo chiquito.

Cuando llegó la hora de prepararnos me puse nerviosa. Me sudaban las manos y el corazón me latía a mil. Que estupidez, si ya nos habíamos casado. Creo que cuando me miré con...

Inicia sesión y continúa leyendo