Con vestido e iglesia

Aldetti era como todo padre italiano: dispuesto a solucionar el agravio a los tiros. No me arrepentí cuando lo vi ponerse tan mal, me la llevaría mil veces más. Sí me dio mucha tristeza por el viejo. En su lugar no sé si hubiera tenido cabeza para pensarlo.

Pero ya estaba. Dimos la cara delante de ...

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