Rezar con la verga dura

No bajaba los ojos cuando hablaba. Las otras mujeres que había interrogado este año entraban llorando. Esta me miraba directo. Tenía el pelo oscuro medio deshecho de una trenza, mechones le caían sobre el cuello. El vestido marrón manchado de tierra se le había corrido en un hombro.

—¿Sabes qué te ...

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