Hasta el infierno contigo

—La mujer te hechizó, hijo. Recuerda que es bruja —mi confesor era un buen hombre, viejo, paciente.

Tuve que ir a contarle mis pecados, lo que hice con Catalina, con una acusada. No lo soportaba más: ni la culpa, ni el deseo. La culpa me picaba en el pecho todo el día, un sarpullido bajo la sotana ...

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