# Capítulo 128

El interrogante de mi padre quedó suspendido en el aire entre nosotros, agudo e inesperado.

—¿Todo está bien entre tú y Rocco?

Sus ojos—finalmente claros después de años de vacío comatoso—se fijaron en mí con la misma perspicacia penetrante que siempre había poseído.

Mi corazón golpeaba contra mi...

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