# Capítulo 37

Las luces de la ciudad parpadeaban fuera de la ventana de mi apartamento, creando sombras danzantes en mi pared mientras yo me sentaba en el borde de mi cama. Lucas se había ido hace horas, pero sus palabras seguían resonando en mi mente.

—No puedes quedarte más en el territorio de Rocco.

Abracé m...

Inicia sesión y continúa leyendo