160

La ventana estaba tintada, así que la gente afuera no podía ver lo que estaba pasando.

Justo cuando estaba a punto de abrir la puerta para salir corriendo, él pareció calmarse. Su mano cayó de su cabeza mientras lentamente abría los ojos. Más sangre había dejado de salir de su nariz, solo quedaba e...

Inicia sesión y continúa leyendo