250

Arrojé mi cabeza hacia atrás, completamente desesperada.

—¡Di algo, Lyric! ¿Hay alguna razón por la que no lo quieras aquí?

—¡No! —mi tono igualó al suyo—. No quiero estar aquí, Jaris. ¡Eres tú quien debería dejarme ir!

¡Maldita sea, las cosas ya eran complicadas para mí! Constantemente me lastim...

Inicia sesión y continúa leyendo