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—¡¿Qué quieres de mí?!— Mi voz se elevó un tono, las lágrimas empezaron a acumularse en mis ojos.

—Una disculpa—. Sus ojos ni sus palabras mostraban emoción alguna. —Por no mantenerme al tanto de un paso tan importante.

—¡Pero me dijiste que me mantuviera alejada de ti!

—Entonces, deberías haberm...

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