55

JARIS

—Siéntete libre de contármelo. Todo, Jaris—dijo Nivia, su voz sola sonaba reconfortante.

Hace unos días, si alguien me hubiera dicho que buscaría a Nivia para pedir ayuda, le habría dado un puñetazo en la nariz.

Era una doctora psicológica muy popular. La gente acudía a ella cuando pasaban ...

Inicia sesión y continúa leyendo