56

Y aquí estaba yo, pensando que este día no podría empeorar más para mí.

Nerviosamente jugueteaba con la tela de mi camisa, tratando de conjurar las mejores mentiras posibles en mi cabeza. Ya estaba metido en demasiados líos con Jaris para añadir esto a la lista.

—¿Te importa explicarlo? —Su voz er...

Inicia sesión y continúa leyendo