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JARIS

—¿Por qué estás atada?— Me acerqué a la chica.

—He estado así desde que tengo memoria, mi rey. He estado en cautiverio tanto tiempo que me he acostumbrado a ello.

Miró hacia la pared. —Mi rey, el reloj está corriendo—. Su voz estaba llena de preocupación.

Pero yo ni siquiera lo miré. Ya no...

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