Capítulo 14

No había nadie abajo, ni siquiera enfermeras, pero ¿quién necesitaba vigilar a un hombre muerto de todos modos?

Escuché la puerta que sospechaba que era la suya y oí pasos suaves sobre una alfombra gruesa.

Mierda.

Retrocedí hasta un nicho con una cortina y me escondí, esperando.

Unos minutos des...

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