Rehén

Natalie abrió los ojos y vio la oscuridad a su alrededor. Estaba a punto de rascarse la cara cuando algo atado en sus manos le impidió moverse. Frunció el ceño y empezó a mirar alrededor, pero no vio nada más que oscuridad.

—¿Dónde estoy?— se preguntó mientras trataba de recordar lo que había suced...

Inicia sesión y continúa leyendo