Capítulo 53

Los lamentos de la gente mantenían el salón alborotado. Muchos habían encendido sus linternas para ver.

—¡Por favor, cálmense! Estamos trabajando en la electricidad —suplicó el anfitrión a la gente.

—¿Esto nunca había pasado antes? ¿Qué está pasando? —Estas preguntas surgían libremente en el aire.

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