Capítulo 83

El dolor desapareció de la misma manera en que llegó... en unos pocos segundos. Miré mis manos, y ahora estaban normales, pero las heridas seguían ahí como prueba de que no estaba soñando... {¿Soy un hombre lobo? Pero entonces, ¿por qué mi cuerpo no se está curando solo...?}... Miré a los demás con...

Inicia sesión y continúa leyendo