CAPÍTULO 107

Saphira se inclinó hacia adelante, desenroscando las piernas debajo de ella, el cojín se movió bajo su peso. Sus dedos agarraron el borde del sofá, los nudillos pálidos. Sus ojos se fijaron en Finn, buscando algo sólido en su rostro.

—¿Entrenarlos para qué? —preguntó, con la voz tensa.

La mandíbul...

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