CAPÍTULO 149

Saphira se sentó en una de las sillas de cuero desgastadas de la oficina, sus dedos tamborileando ligeramente contra el reposabrazos. La luz de la mañana se filtraba por las ventanas, proyectando rayas doradas en el suelo. Nikolas estaba de pie cerca del escritorio, con los brazos cruzados y la mira...

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