CAPÍTULO 208

La oficina estaba en silencio, la luz de la mañana se filtraba por las ventanas en un dorado pálido. Saphira estaba sentada en la mesa junto a Nikolas, el libro abierto entre ellos, sus páginas gastadas y esperando. Sus dedos tamborileaban suavemente contra la madera, su corazón firme pero expectant...

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