CAPÍTULO 222

Lupus jadeó, solo una vez. Sus ojos se abrieron, no de miedo, sino de incredulidad. Como si no hubiera pensado que ella lo haría. Como si aún creyera que importaba.

No importaba.

Se desplomó al suelo, la sangre floreciendo en su pecho como una verdad final e irreversible.

El silencio cayó.

Saphi...

Inicia sesión y continúa leyendo