CAPÍTULO 223

El sol había descendido, las antorchas parpadeaban a lo largo del patio. La manada no había descansado, aún no. Las heridas habían sido atendidas, los heridos acostados, pero el dolor exigía su propio ritual antes de que el sueño pudiera reclamarlos.

La tumba estaba revestida con tela tejida y hier...

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